Los seres humanos, al convivir en sociedad, siempre hemos buscado la manera de asegurarnos de que el futuro sea próspero. Bajo esta idea, aparecen conceptos como seguridad, certeza, garantía, etcétera, así como algunos conceptos negativos, como los imprevistos, incumplimientos y la volatilidad.
Seguramente para satisfacer esta preocupación, es que se crearon las fianzas, que se consolidaron en distintas actividades de la sociedad, pues constituyen una garantía para los involucrados en un acuerdo o contrato.
Con el paso del tiempo, aparecieron cada vez más fianzas para garantizar los bienes y recursos de los involucrados en algún proceso en conjunto y, en consecuencia, aparecieron distintos tipos de fianzas, como las mercantiles, que es de lo que trata este texto.
Para empezar, debemos hablar rápidamente de las fianzas judiciales, pues ellas abarcan los procedimientos judiciales civiles, mercantiles y penales.
Las fianzas mercantiles son un subtipo de las fianzas judiciales.
Dicho esto, una fianza mercantil es la garantía que tiene un comerciante hacia otro, debido a sus operaciones mercantiles. Recordemos que la fianza, a secas, es por la cual un fiador se obliga ante un acreedor a cumplir una obligación en caso de que un tercero, el deudor, no pueda cumplir dicha obligación.
Imaginemos una transacción cualquiera. Por ejemplo, la compra de 10 mil trajes para caballero. Supongamos también que estos productos deben entregarse a lo largo del año, por lo que se dividen los pagos y entregas mes a mes.
Sin embargo, en el proceso, el deudor pierde la capacidad de cumplir con sus pagos, por lo que el proveedor de los trajes entra en crisis, pues la inversión ya la ha hecho y los trajes, cuando menos los del mes en curso, no se le pagarán.
Es en este tipo de escenarios en los que una fianza mercantil puede apoyar para que, en caso de que el deudor pierda la capacidad de cumplir con sus obligaciones, el acreedor pueda tener la seguridad de que su inversión e, incluso, ganancias, se respetarán gracias al fiador, que es la afianzadora.
Como se puede apreciar en el ejemplo, la ventaja principal es la certeza o garantía de que, en caso de incumplimiento, una organización no sufra pérdidas en las transacciones comerciales. Esto último implica cero riesgos durante los negocios, gracias al respaldo de la afianzadora.
Otra de las ventajas es que las empresas que se hacen con una fianza mercantil, pueden presumir de contar con cierto estatus y estabilidad, pues una fianza es sinónimo de responsabilidad, seguridad, fiabilidad y buena reputación.
Todas las fianzas otorgan ciertos beneficios, como la tranquilidad de saber que no habrá daños patrimoniales y de reputación en el desarrollo de sus procesos. Sin embargo, las fianzas mercantiles tienen, cuando menos, tres beneficios que están relacionados entre sí debido a su contexto.
Estos beneficios son: más negocios, menos pérdidas y cero litigios. La combinación de estos aspectos es especial.
Las fianzas mercantiles son especialmente útiles, pues evitan, dependiendo de las condiciones de ciertos casos, que este tipo de escenarios deriven en largos y caros litigios que resultan un dolor para el bolsillo de cualquier organización y un golpe, a veces irremediable, a su reputación.
Ahora que sabes qué son las fianzas mercantiles, quizá te preguntes cómo y dónde hacerte con una de ellas para garantizar tus operaciones. El proceso es sencillo: ¡contáctanos!
Ponemos a tu disposición no solamente nuestro sitio web y más información sobre las fianzas mercantiles, sino también más de 30 años de experiencia en fianzas, con el mejor servicio y el máximo nivel de confianza que puedes encontrar.
En Garanza, sabemos que las fianzas son un respaldo, por lo que ofrecemos consultoría, intermediación y administración de diversos tipos de fianzas, con ética, compromiso y responsabilidad, para que los resultados de nuestros afianzados sean satisfactorios.
En caso de tener alguna queja y/o sugerencia en cuanto al servicio que proporciona Garanza Agente de Seguros y de Fianzas, S.A de C.V. favor de enviar un correo a: quejasysugerencias@garanza.com.mx, para que su solicitud sea atendida a la brevedad.